sábado, 26 de marzo de 2011

Mis primeros pasos

"Al contrario que a otros hermanos de batalla, no considero el mantenimiento de mi armadura como un simple deber. Para mí es un momento de homenaje a todos los hermanos de batalla que la han llevado antes que yo a la batalla. Ya casi todo el interior está escrito con la espiral de las batallas que ha librado, y en el libro de los honores están todos sus portadores. Pero como todo en esta vida tiene un principio, y en gorjal de mi armadura, ya desgastada por el paso de los combates todavía se puede ver el nombre de Armaggedon."


Es cierto que llevo poco tiempo en activo, mucho más tiempo adquiriendo conocimientos del trasfondo y del mundo de Warhammer 40k hasta que me decidí a dar el primer paso con las miniaturas. Como muchos otros jugadores fueron los marines espaciales quienes más me llamaron la atención, especialmente los Ángeles sangrientos y los caballeros grises. Los primeros por todo el tema de la rabia negra y la sed roja, y los segundos por la noble naturaleza de su propósito.
Decantándome por los Ángeles primero me dispuse a encontrar a un oponente que me enseñara, aunque ya había leído varias veces el reglamento, y lo encontré fácilmente en una tienda especializada cerca de mi casa.
Un buen hombre, con Lobos Espaciales se dispuso como rival. He de decir que desde entonces es cuando realmente he aprendido a jugar y a apreciar este juego. 
Como nota para el lector, fui brutalmente aniquilado en mi primera partida, cosa bastante lógica teniendo en cuenta que fue entre la salida del códex de Lobos Espaciales y el nuevo de los Ángeles Sangrientos.
Fue a partir de entonces que me di cuenta de varias cosas comunes en este hobby y en los jugadores españoles:
En primer lugar que leemos lo que nos da la gana. No importa cuántas veces leas una regla o lo clara que esté, siempre hay alguien que lo ha leído de otra forma (y casi siempre a su favor).
En segundo lugar que hay que estar ojo avizor en las mayoría de las partidas, es fácil encontrar jugadores que estén sacando centímetros de más y otras trampas encubiertas.
En tercer lugar, y cosa que me alegro encontrar, ya que es muy común lo contrario es que existen jugadores que sí son capaces de entremezclar competitividad y trasfondo.

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