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Sherman Firefly |
Un tanque desconocido, porque generalmente se lo suele pasar por un Sherman mas, y es otra cosa. El Sherman Firefly.
El ejército británico adoleció, durante gran parte del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, de un carro de combate apropiado para el conflicto. El problema, muchas veces, era el armamento, inferior a lo necesitado, a pesar de las amargas experiencias sufridas con los cañones de 2 y 6 libras (40 y 57 mm, respectivamente).
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Tanque Churchill con cañón 2 pdr |
En un film lanzado por el ministerio de información en 1944, se mostraba la construcción de la primera serie de cañones de 17 libras (76.2 mm) destinados a hacer frente al rumoreado tanque pesado alemán, el Pzkpfw VI Tigre. Lo cierto es que, pese a la verdad que había en ello, era todo un poco inexacto.
La Royal Artillery había comenzado a estudiar un cañón AT de 3 pulgadas que disparaba un proyectil de 17 libras en fecha tan temprana como el 21 de noviembre de 1940, un año antes de que el primer cañón de 6 libras entrara en servicio. Mientras, el diseño de tanques y de cañones tuvo que seguir un confuso camino. La Llegada de tanques estadounidenses, que eran poco más que artillería móvil para la infantería y sólo antitanque de modo secundario, dieron un cierto respiro a los ingleses, pero la nueva generación de tanques alemanes del verano de 1942, con los Pz IV de cañón largo, puso otra vez a los ingleses en desventaja.
Claramente, era el momento de aceptar el 17 libras como cañón principal. El problema es que no había un tanque disponible para instalarlo. La lentitud en su desarrollo, amen de las contradicciones -tan pronto el estado mayor apoyaba el proyecto A29 de un tanque de 45 toneladas armado con una pieza de 17 libras como el Cromwell; eso sin mencionar otros dos proyectos armados con esa pieza, el A34, el futuro Comet, y el A41, el futuro Centurion, propuestos ambos en el verano de 1943. El problema es que estos tanques serían grandes armas en el futuro, pero, en el presente, no había nada que pudiera contrarrestar a los panzers.
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Cañón 17 pdr |
La génesis del proyecto Firefly se halla en un comandante del Real Regimiento de Tanques llamado George Brighty, que en 1943 servía en la Academia de Tiro de Lulworth, Dorset. Brighty estaba convencido de que el Sherman era una mejor plataforma para el 17 libras que el A30, que estaba siendo probado en esos momentos. Pero la torre era demasiado pequeña para tal pieza y su retroceso. En este punto se le unió George Witheridge, un veterano de las campañas de África, donde había mandado el Escuadrón C del 3 RTR en Gazala, donde fue herido y quedó incapacitado para el servicio activo y acabó asignado a la Academia de Tiro de Oriente Medio. Allí conoció al general Jacob Devers, que se quedó impresionado con Witheridge y lo invitó a Fort Knox, para aconsejar sobre las tácticas de tiro de los carros. Tras seis meses en EEUU Withridge regresó a Lulworth convencido del valor de los tanques americanos, especialmente el del Sherman.
Para entonces el A30 había demostrado sus carencias y se comenzaba a buscar un tanque que no estuviera enfocado al apoyo a la infantería, sino a ser un arma multipropósito. El problema era que, si para conseguir esto, había que sacrificar la capacidad AT, algo iba mal.
Mientras, Brighty seguía con sus experimentos con el Sherman y el 17 libras. Su idea, ya que no pensó en modificar la torre, era un sistema que fijara el cañón y que hiciera que toda la masa del tanque absorbiera el retroceso. Witheridge no estaba muy convencido al respecto, e hizo algunas sugerencias. Poco después el Departamento de Diseño de Tanques ordenó cesar el desarrollo del Sherman mejorado. Pero Witheridge, que a diferencia de Brighty tenía amigos bien situados, no se rindió. Finalmente, Claude Gibb, director general del departamento de Producción de Armas e Instrumentos, del ministerio de Guerra, retiró el proyecto de Lulworth para ponerlo en manos de una comisión oficial.
De hecho, había un profesional asignado al misterio, un tal W.G. K. Kilbourn, ingeniero de la Vickers asignado al Departamento de diseños de tanques. No se sabe mucho sobre él, salvo que solucionó el problema que Brighty no había podido.
El 17 libras tenía un retroceso que la torre del Sherman no se podía permitir. Kilborun reemplazó los cilindros de retroceso con unos más cortos a ambos lados del cañón, en un montaje especial. Esto acortaba el retroceso, pero el cañón no quedaba lo suficientemente asegurado. Para evitar esto, había que alargar el tubo del cañón. Aún así, quedaban dos problemas. La torre quedaba, con la pieza, dividida en dos mitades. El artillero quedaría en una situación complicada para abandonar el tanque en caso de emergencia. Para ello se añadió una nueva salida, que, a su vez, simplificaba la recarga de municiones.
Pero también tenían el problema de la excesiva proximidad de la radio al cañón en su retroceso. Así pues, se optó por alargar la torre por su parte trasera con una caja blindada alargada para contener la radio.
La munición del 17 libras era mayor y más pesada que la de cualquier tanque británico y, por ende, más difícil de manejar en sus estrechos confines. La solución fue rediseñar el anillo de manera que el bloque no se moviera de lado sino arriba y abajo, lo que, de paso, haría que el cargador no tuviera que levantar tanto el proyectil para cargarlo. También se tuvo que rediseñar el cañón, que estuvo listo para el 11 de noviembre de 1943.
Un problema adicional con la munición del 17 libras era su mayor tamaño, lo que reducía la cantidad de proyectiles disponibles (97 en un Sherman V con su pieza de 75 mm, 78 en un Firefly, aunque por razones prácticas sólo se cargaban 77). No era un mero recolocar las granadas al nuevo diseño. Tenían que estar cerca del cargador y que éste no tuviera excesivos problemas con su manejo. Finalmente se alcanzó un compromiso para el Firefly VC.
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Munición de un cañón 17 pdr |
En la torre habría espacio para dos pequeños almacenes, con dos y tres granadas respectivamente. Un cargador experimentado podía cargar estos proyectiles a una velocidad de uno cada seis segundos. Agotados estos depósitos, estaba otro situados a los pies del cargador con otras 18 granadas. De hecho, contenía 20, pero dos estarían bloqueadas por el cañón y no podrían ser usadas. Con este depósito la velocidad de carga pasaba a ser de nueve o diez segundos. El único problema era la posición de la torre con respecto al depósito, pues al girar, los paneles del suelo cubrían el deposito, limitando el acceso del cargador. Pero como se pensaba que no habría necesidad de que el tanque apuntara en más direcciones que la frontal, no se consideró un gran problema.
El resto de la munición era más complicada de alcanzar. Cuarenta granadas estaban almacenadas debajo de suelo de la torre, a la derecha, adonde no tenía acceso el cargador. Para complicarlo, a diferencia del anterior depósito, en el que las granadas estaban dispuesta de manera vertical e inclinada, en estos dos estaban almacenadas de manera horizontal, en hileras. Peor aún, estos depósitos sólo podían ser usados estando la torre en una posición específica (en el depósito más avanzado, debería estar orientada hacia un punto entra las cuatro y las cinco en punto y en el posterior debía hacerlo cerca de las ocho en punto), lo que las hacía inalcanzables en la mayoría de situaciones de combate. De hecho, más que depósitos eran considerados como reservas. En resumen, para uso inmediato, el Firefly sólo tenía 23 granadas, tras lo cual tendría que hacerse una pausa para cargar munición.
Quedan, sin embargo, otras quince granadas que localizar pues, en teoría, son la causa del cambio más drástico del Sherman. El depósito para estas granadas estaban a la derecha del conductor, en el lado opuesto a la transmisión, donde estaría situado el ametrallador. Como no había nadie para dispararla, la ametralladora y su montaje fueron retirados y un segmento de blindaje fue soldado a la apertura. Esta es una manera muy sencilla de identificar a un Firefly. Finalmente, si los dos depósitos de granadas eran difíciles de alcanzar, éste era imposible. Las granadas estaban almacenadas verticalmente, apuntando hacia arriba, lo que hacía muy difícil cogerlas. Peor aún, las granadas sólo podían ser pasadas a la torre si el tanque no estaba en combate y parado.
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Se pueden ver las diferencias en el cañón y la torreta |
Tras inspeccionar el prototipo del Sherman Firefly, disponible a partir del 6 de enero de 1944, se pidieron 2.100 ejemplares de este modelo a cuatro fabricantes. Esta cifra reflejaba la preponderancia del Sherman en los regimientos británicos y, por supuesto, en los canadiense y polacos equipados con material británico. Al apreciarse que el A30 Challenger no estaría listo para el día D, aumentaron las prisas. Por ello, se decidió que los Challengers serían entregados únicamente a las unidades que debían recibir el Cromwell. Para ello, sólo se solicitaron 200 Challengers. Pero su desarrollo iba muy retrasado. Por ello, esos regimientos que debían recibirlo serían equipados mientras tanto con Fireflies.
Un rumor que surgió en esa época es que cualquier Sherman podía recibir la pieza de 17 libras, lo que no es cierto, por una serie de factores técnicos y logísticos. Sólo, aparentemente, los Shermans que funcionaban con petroleo podían usarlo, lo que eliminaba al Sherman III (M4A2). No se conocen las razones de este criterio, aunque quizás la disponibilidad sea el motivo principal. Pero los Shermans que si cumplían este requisito también estaban limitados. El Sherman IIC -un Firefly basado en el M4A1- parece que no se fabricó, pero tampoco se sabe porqué. Los canadienses consideraron una versión Firefly de su muy similar Grizlly. Por otro lado, el M4A3, que hubiera sido designado como Firefly IVC, fue un diseño del que los ingleses apenas recibieron unos pocos ejemplares. Así pues, sólo el Sherman I (M4) y Sherman V (M4A4) eran aptos para la conversión.
Durante su servicio, los Fireflies recibieron tres tipos de municiones: APC (perforante), APCBC (antitanque con cabeza balística) y HE (alto explosivo). En términos de rendimiento, el APCBC era una ligera mejora con respecto al APC pero con menor alcance.
El problema eran las granadas HE. Podían ser disparadas a una distancia mayor de 10,000 yardas, lo que estaba por encima del alcance normal de un tanque y que era ideal si el tanque iba a ser usado como artillería de largo alcance, como Briggs y Witheridge habían sugerido, pero eso era en el desierto. En el teatro europeo el campio de visión no era tan amplio, pero las granadas HE aún eran muy necesarias.
Un problema de las granadas HE era que, para reducir su alcance, se les quitó parte de la carga, lo que hacía que, en terreno blando, no detonara el proyectil, aunque fue un problema que se solucionó en su momento.
En agosto de 1944 aparece el APDS, una granada perforante con un núcleo de tungsteno con una carcasa que se desprendía al ser disparado, lo que le daba menor resistencia al aire. En teoría, era un proyectil temible, que incluso podía atravesar la coraza del Tigre II a 1.500 yardas. El problema era su imprecisión por encima de las 500 yardas, lo que era una distancia suicida para el Sherman.
Auqnue no se puede probar cual fue el primer regimiento en usar el Firefly en combate, pudo ser el Staffordshire Yeonmary, Queen's Own Royal Regiment, que formaba parte de la 27ª Brigada durante los desembarcos del día D. El regimiento contaba con 48 Sherman III y 12 Sherman V, siendo estos últimos Firefly pues los III no eran apropiados para la conversión.
Un rumor que surgió fue que los alemanes prontamente identificaron el Firefly como un terrible oponente e intentaban destruirlos en primer lugar. Si analizamos las cifras de una brigada canadiense y de tres inglesas, vemos que perdieron, de media, el 19% de sus Fireflies, por un 29% de sus tanques regulares. Experiencias de primera mano indican otra cosa. El coronel Readman, al mando del Royal Scots Greys, 4a Brigada Acorazada -que no está incluida en la estadística mencionada antes, comenta que, con la experiencia de Italia en mente, donde raramente se encontraban Panteras o Tigres, habían agrupado sus Fireflies en pelotones independientes que apoyarían a los otros pelotones de Sherman de 75 mm. Pero en Normandía, donde cada esquina escondía a un Tigre o un Panera, hizo que esta práctica se abandonara y que cada pelotón tuviera un Firefly. Mientras que estos tanques eran escasos, esta práctica parecía ser la habitual.
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Firefly incoming! |